Saltar al contenido
ELM » ¿Cómo usar la lejía correctamente para la limpieza?

¿Cómo usar la lejía correctamente para la limpieza?

lejia
Rate this post

La lejía es uno de los productos más potentes y efectivos para la limpieza y desinfección de superficies. Sin embargo, es fundamental usarla de manera adecuada para evitar daños tanto en las superficies como en la salud.

¿Qué es la lejía y cómo funciona?

La lejía es una solución de hipoclorito de sodio diluida en agua, ampliamente utilizada como desinfectante debido a su capacidad para eliminar una gran variedad de microorganismos como bacterias, virus y hongos. Este compuesto químico es eficaz en la destrucción de microorganismos patógenos, lo que lo convierte en una herramienta valiosa para la limpieza de superficies en el hogar y en entornos clínicos.

La lejía actúa oxidando las proteínas de las bacterias y virus, destruyendo su estructura celular y, por lo tanto, eliminando su capacidad para infectar. Este proceso de oxidación también es lo que le da su poder blanqueador, ideal para el uso en ropa blanca, aunque no es recomendable para ropa de color o materiales delicados.

Beneficios de la lejía para la limpieza

El uso de lejía en la limpieza proporciona varios beneficios, especialmente en situaciones que requieren desinfección profunda, como en cocinas, baños y áreas de alto contacto. Sus principales ventajas incluyen:

  • Alto poder desinfectante: es extremadamente eficaz en la eliminación de microorganismos peligrosos, incluyendo bacterias como E. coli, Salmonella, y el virus de la gripe.
  • Versatilidad: puede utilizarse en una amplia variedad de superficies, desde suelos hasta encimeras, pasando por el inodoro y grifos.
  • Blanqueamiento de superficies: además de desinfectar, la lejía también puede blanquear superficies y ropa blanca.
  • Prevención de enfermedades: su capacidad para eliminar patógenos contribuye a la prevención de infecciones, haciendo de la lejía un aliado importante en la higiene del hogar y en el control de la propagación de enfermedades.

Cómo usarla correctamente

Para garantizar su eficacia sin dañar las superficies o poner en riesgo la salud, es importante diluirla correctamente. La concentración de lejía para la limpieza general del hogar es de 1 parte de lejía por cada 50 partes de agua (aproximadamente 20 ml de lejía por litro de agua). Esta dilución es suficiente para desinfectar superficies comunes en baños y cocinas, utilizada por muchas empresas de limpiezas en Madrid.

Para desinfectar superficies contaminadas o desinfectar tras el contacto con virus, se puede usar una concentración más fuerte, siguiendo siempre las indicaciones del fabricante o las recomendaciones de autoridades sanitarias.

Es crucial que antes de usar lejía, las superficies estén limpias de polvo y residuos, ya que estos pueden reducir la efectividad del desinfectante. Primero, limpia la superficie con agua y jabón. Luego, aplica la solución de lejía diluida con un paño o esponja, asegurándote de cubrir toda la superficie. Deja que la lejía actúe durante al menos 5-10 minutos antes de enjuagar con agua limpia.

  • Evitar mezclar lejía con otros productos: uno de los errores más peligrosos al usar lejía es mezclarla con otros productos de limpieza, como amoníaco, ácidos (como el vinagre), o limpiadores de uso general. Estas combinaciones pueden generar gases tóxicos, como el cloro gaseoso, que son extremadamente peligrosos cuando se inhalan y pueden causar serios problemas respiratorios.
  • Ventilación adecuada: es esencial usar lejía en áreas bien ventiladas. Los vapores que libera la lejía pueden irritar las vías respiratorias, especialmente en personas sensibles o con problemas respiratorios como el asma. Abre ventanas y puertas o usa ventiladores para asegurar una buena circulación de aire durante y después de su uso.
  • Uso de guantes y protección: la lejía es un producto corrosivo que puede dañar la piel y los ojos si se maneja incorrectamente. Siempre usa guantes de goma cuando manipules lejía para evitar el contacto directo con la piel. Además, si vas a trabajar en un espacio cerrado, como un baño pequeño, considera usar gafas protectoras para proteger los ojos de posibles salpicaduras.

Precauciones y advertencias al usar lejía

  • Almacenamiento adecuado: guarda la lejía en su envase original, bien cerrado y fuera del alcance de los niños y mascotas. Mantén el producto en un lugar fresco y seco, lejos de la luz solar directa, que puede degradar su efectividad.
  • No la utilices en superficies delicadas: puede dañar algunos materiales como la madera sin tratar, el mármol o ciertos tipos de plásticos. Además, puede provocar decoloración en tejidos y superficies de color, por lo que es importante hacer una prueba en un área pequeña antes de usarla en toda la superficie.
  • Evitar contacto con alimentos: si usas lejía para desinfectar superficies en la cocina, como encimeras, asegúrate de enjuagar bien con agua limpia antes de poner alimentos en contacto directo.

Otras alternativas

Si prefieres evitar el uso de productos químicos agresivos o si estás buscando opciones más ecológicas, hay varias alternativas naturales que también pueden ser eficaces:

  • Vinagre blanco: aunque no es tan potente, el vinagre tiene propiedades antimicrobianas y es útil para desinfectar superficies y eliminar olores.
  • Bicarbonato de sodio: un abrasivo suave que puede combinarse con vinagre o agua para limpiar superficies y desodorizar.
  • Peróxido de hidrógeno: es un desinfectante natural que mata bacterias y virus, pero es más seguro para superficies delicadas.

La lejía es una herramienta poderosa para la limpieza y desinfección del hogar cuando se usa correctamente. Seguir las recomendaciones de dilución, evitar combinaciones peligrosas y asegurar una buena ventilación son pasos clave para aprovechar su efectividad sin riesgos. Además, siempre es útil conocer sus limitaciones y cuándo es mejor optar por alternativas menos agresivas.